Texto extraído del libro
“El libro de la Nada” de Osho, que se ofrece por cortesía
de la Editorial www.alfaomega.es (GAIA Ediciones 2005, email:
editorial@alfaomega.es) ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1.
EL
GRAN CAMINO …El Gran Camino no es difícil para aquellos que no tienen
preferencias. 2. EL CAMINO ES PERFECTO ...El
camino es perfecto, como el espacio infinito donde nada falta y nada sobra. 3. LA VERDAD NO SE PUEDE BUSCAR ...Cuanto
más hablas y piensas acerca de ello, más te alejas de la verdad. 4. VUELVE A LAS RAÍCES ...Volver
a las raíces es encontrar el significado, pero perseguir apariencias es
alejarse del origen. 5. LA UNIDAD DEL VACÍO ...Cuando
los objetos del pensamiento se desvanecen, el sujeto pensante se desvanece. 6. NO PERSIGAS NINGUNA META ...El
hombre sabio no persigue ninguna meta, pero el tonto se encadena a sí mismo. 7. TODOS LOS SUEÑOS DEBEN CESAR ...Sí
el ojo nunca duerme, todos los sueños cesarán naturalmente. 8. VIVIR EN LA FE VERDADERA ...Para
la mente unificada, en armonía con el Camino, cesan todos los esfuerzos
enfocados hacia uno mismo. Las dudas y las vacilaciones se desvanecen, y vivir
en la verdadera fe se vuelve posible. 9. NI ESTO NI AQUELLO ...No
importa cuándo ni dónde: iluminación significa entrar en esta verdad. 10. NI AYER NI MAÑANA NI HOY ...¡Palabras!
El Camino está más allá del lenguaje, porque en él no hay ni ayer ni mañana ni
hoy. LA MENTE ES UNA ENFERMEDAD. ¿Por
qué es Aristóteles la enfermedad? Porque dice: «O esto o lo otro. ¡Elige!». Y elegir es la función de la mente; la mente no puede existir
sin elegir. Al elegir caes en la trampa, porque siempre que eliges lo haces en
contra de algo. Si estás a favor de algo, tienes que estar
en contra de algo; no puedes estar solamente a favor ni puedes estar totalmente
en contra. Cuando el «a favor» entra, el «en contra» le sigue como una sombra.
Cuando aparece el «en contra», el «a favor» aparece también; oculta o
abiertamente. Cuando eliges, divides. Entonces dices: «Esto está bien, esto está
mal». Y la vida es una unidad. La existencia no puede
dividirse, la existencia es un profundo «unísono». Es unidad. Si dices: «esto es bonito y esto es feo», la mente ha
entrado en escena, porque la vida es las dos cosas juntas. Lo bonito se
vuelve feo, y lo feo se va haciendo bonito. No hay una línea divisoria; no se
les puede poner en compartimentos separados. La vida va fluyendo de esto a
aquello. El hombre tiene compartimentos fijos. La naturaleza de la mente es la fijación, y la
fluidez es la naturaleza de la vida. Se
necesita un gran valor para vivir sin elegir, porque la mente dice: «¡Elige!».
La mente dice: «¡Di algo!» Esto está mal, esto está bien. Esto es bonito, esto
es feo. Amo esto, odio aquello». La mente dice:
«¡Decídete!». La mente tiene la tentación de dividir. Una vez que divides, la
mente se encuentra a sus anchas. Si no divides, si dices: «No voy a decir nada.
No voy a juzgar», la mente se siente como en su lecho de muerte.
Aristóteles dice que A es A y nunca puede ser no-A; los opuestos no se pueden
encontrar. Sosan dice que no hay opuestos; que ya se
han encontrado, que siempre han estado encontrándose. Esta
es una de las verdades más fundamentales de las que uno tiene que darse cuenta:
que los opuestos no son opuestos. Tú eres el que dice que lo son, pero no lo
son. Míralo existencialmente y sentirás que son la misma energía. TODO
es como debería ser; sólo tienes que serenarte, tú eres lo único que está
inquieto. Todo es como tendría que ser..., nada falta y nada sobra. ¿Puedes imaginarte un Universo mejor que este? Si
eres sabio no podrás, si eres un tonto sí que podrás. Nada puede ser mejor que
esto, tal como es. El único problema es que no estás
a gusto con ello. Deja que tu energía se repose y el Camino es perfecto,
como el espacio infinito donde nada falta y nada sobra. Todo está en
equilibrio. Tú eres el único problema; el mundo no es en absoluto el problema.
Esta es la única diferencia entre una mente política y una mente religiosa. La
mente política piensa: «Yo estoy perfectamente bien, todo lo demás está mal». Con Patanjali,
el esfuerzo es el camino, la relajación la meta; Con Sosan,
la relajación es el medio y la relajación es el fin. Con Sosan,
el primer paso es el último; con él no hay distinción entre los medios y los
fines. Aceptamos o rechazamos,
es por eso que no podemos ver la verdadera naturaleza de las cosas. Entonces
metes tus ideas, tus opiniones, tus prejuicios, y lo coloreas todo. Sólo tienes
que ver; de una forma pura, con una mirada sin ideas, con una mirada sin ningún
rechazo o aceptación. Entonces no hay ningún problema
que resolver, entonces la vida ya no es un
dilema. Es un misterio que vivir, que gozar, una danza que bailar. Entonces no
estás en ningún conflicto con ella, entonces no hay nada que tengas que hacer
aquí. Entonces simplemente disfrutas, eres feliz. Esto es lo que significa el cielo: un lugar en donde no se espera de ti que hagas
nada, en donde no tratas de conseguir felicidad; Ser consciente es difícil, porque para ti nunca ha sido un
hábito. Eliges fácilmente; condenas y aprecias fácilmente; rechazas y
aceptas con mucha facilidad. Dices: «Esto está bien, o esto está mal», con
demasiada facilidad, porque se ha convertido en un hábito a través de miles de
vidas; siempre has estado eligiendo. Es un fenómeno mecánico. Sin ninguna consciencia, en el momento en que ves algo, ya lo has juzgado y decidido. Ves una flor y dices: «Es hermosa», o: «No es hermosa».
Inmediatamente entra el juicio (con
la percepción, entra el juicio) entonces nunca serás capaz
de permanecer en el medio. 6. NO PERSIGAS NINGUNA META. De hecho, el entendimiento en sí mismo es la verdad. Sosan dice que no
es ni fácil ni difícil, puesto que no existe ninguna meta en absoluto. Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil... ¿Entonces qué es este Gran Camino? Este Gran
Camino es tu naturaleza; ¡tú ya eres eso! Es por eso que no es una meta. No es
algo que esté en el futuro. No se necesita tiempo para que ocurra. Tú siempre
has estado en él; ya es. Ya estás en la meta, tú
existes en la meta. No puedes existir fuera de ella, ni hay posibilidad
de que te salgas de ahí. ERES EL CAMINO y la meta. No hay ninguna distancia entre tú y la meta. Eres el buscador y lo buscado. No hay ninguna distancia entre el buscador y lo buscado. Eres el devoto y la devoción. Eres el discípulo y el maestro. Eres el medio y el fin. Ese es el Gran Camino. Ha estado siempre a tu alcance. En este mismo
instante estás en él. Despierta, y estás en él. Te vas a dormir, y permaneces
en él, sólo que al estar dormido no puedes verlo. Primero quieres conseguir riqueza en este
mundo, y después tratas de conseguir riqueza en el otro. Pero tú sigues siendo
el mismo, y la mente, tu forma de funcionar y todo el esquema siguen siendo lo
mismo: ¡Conseguir! ¡Alcanzar! Esa es la obsesión
del ego. La mente que quiere conseguir es el ego. Tú no te preocupes; simplemente goza de la vida tal como fluya,
mientras dure. Canta y baila, y deja que Dios
se preocupe. ¿Por qué te preocupas tú? Simplemente despreocúpate. Y no pretendas alcanzar nada, porque hacer eso es crear la mayor
tensión que le pueda ocurrir a la mente humana. Entonces no puedes mirar aquí-ahora, entonces miras hacia adelante,
a la lejanía, al futuro; hacia la meta, la utopía, la ciudad dorada, Shambala; allí. Y tienes que alcanzarla, así que corres. ¿A dónde vas? ¿De quién huyes? ¿Por qué corres? Shambala
está aquí y ahora, la utopía ya ha ocurrido. --- .... Y estas son las
dos únicas alternativas: o estás preocupado
o estás extático, pero ambas cosas juntas no
pueden existir. Si estás extático, estás locamente extático. Si estás
preocupado, estás locamente preocupado. Hay dos tipos de locos: hay una locura
que procede de las preocupaciones y otra que procede de ser, de la
sobreabundancia de ser. La elección es tuya. O ser un
loco preocupado en el diván de algún psiquiatra, o puedes volverte un loco de
Dios, como San Francisco o Sosan. Diles a tus pensamientos: «Está bien, si hay nubes en el cielo,
si hay árboles, ríos y océanos en la Tierra, ¿por
qué no va a haber pensamientos en mi mente?». ¡Acéptalos! ¡Está bien! Si los
aceptas y les dices que está bien, sentirás un cambio repentino, porque ellos
necesitan tu energía para moverse. Y si no te involucras, poco a
poco la energía se retira por sí sola. Se va haciendo menor y menor. Y llega un momento en el que los pensamientos vienen solamente
cuando se les necesita. Los pensamientos en sí
no son una carga; lo que es una carga son los pensamientos innecesarios, ellos
son los que nublan tu visión. Esta niebla es debida a los pensamientos
innecesarios. Si deseas ir por el Camino Único, no desprecies ni siquiera el mundo de los sentidos y las ideas. En realidad, aceptarlo plenamentees idéntico a la verdadera
Iluminación. Si puedes aceptar plenamente lo
que quiera que seas, eso es la iluminación. La iluminación ocurre sólo
cuando no hay ninguna queja en ti, cuando no vas a ningún sitio, cuando no hay
ni deseo ni condena ni juicio. Simplemente existes, con una aceptación total
Entonces hay iluminación. ¿Por qué te causa placer el sexo? Porque es una tensión.
Tú comes, respiras, se crea cierta energía; la vida siempre te da más de lo que
necesitas. La vida es abundante, la vida es un lujo,
¡un perfecto lujo! No le importa cuáles sean tus necesidades, siempre te da más de lo que necesitas. Esta energía extra se acumula
en el cuerpo; eso es la energía sexual. Al
acumularse se crea una tensión en tu cuerpo.
Entonces la tensión surge y tienes que liberarla. Cuando esa tensión se
descarga te sientes feliz, relajado; puedes dormir. .
Te desprendes de la energía antes de generarla. Así es
como ocurre la felicidad durante toda tu vida: creas tensión y luego la
relajas. El éxtasis es otra cosa. No tiene causa. No es una tensión y una liberación, no tiene nada que ver con
la tensión y la liberación; es simplemente la
felicidad que llega cuando te sientes bien con la existencia, cuando sientes
que aceptas. Cuando sientes que aceptas,
de repente sientes que toda la existencia te acepta. Entonces puedes bendecir
al todo, y el todo te bendice a ti. El éxtasis no tiene causa. Y no se te puede
quitar. Tú no puedes hacerme desdichado. Como mucho, me puedes hacer sentir
incómodo, eso es todo. No existe opuesto al éxtasis, ananda. No tiene ninguna causa en absoluto. Por eso puede ser eterno.
Sin embargo, lo que necesita de una causa no puede ser eterno: cuando
desaparezca la causa, el efecto desaparecerá. El hombre sabio no persigue ninguna
meta, pero el tonto se encadena a sí mismo. Todas tus metas se convierten
en grilletes, se convierten en prisiones;
estás enjaulado en ellas. Y por eso sufres, y entonces preguntas: «¿Cómo ser
libre?». ¡Libérate de las metas y serás libre! ¡No hay que hacer nada más! No
crees metas, y no habrá cautiverio. Y la mente está tensa, porque no
se puede relajar. Depende de los opuestos. Está condenada a permanecer
moviéndose de extremo a extremo. Puede condenar, puede apreciar, pero no puede aceptar totalmente.
Y la totalidad es la meta; y sólo se puede llegar a través de la aceptación Así es como funciona la mente: imaginación, sueño;
y el sueño se convierte en «la verdadera pasta». En realidad no hay nadie con
quien cambiarse, pero la emoción se ha creado. En cuanto piensas en algo, inmediatamente te emocionas.
Hasta con una foto de una mujer desnuda te excitas. De ahí que exista tanta
pornografía en el mundo. Es solamente una foto; líneas y colores sobre un
papel, nada más. Ahí no hay nadie, y tú lo sabes perfectamente, pero le
ocultarás esa foto a los demás, y cuando estés solo te pondrás a meditar en
ella. ¿Qué estás haciendo?; «verdadera pasta». La mente es sólo imaginación,
pero tú te emocionas. Y cada vez que te emocionas, la mente te ha vendido algo.
Pero entonces serás desgraciado, porque la mente puede venderte la idea pero
nunca puede proveerte la mercancía. Acepta la realidad tal como tú
eres y tal como es el mundo. No intentes cambiar nada;
y surge la iluminación. Y entonces todo
cambia, porque ya no eres el mismo. Si tú cambias algo, nada cambiará. Si
aceptas, todo se transforma. Pero eso ocurre solamente cuando estás a gusto contigo mismo.
Es algo que ocurre, no es el resultado de tus esfuerzos. Y no te sientas
infeliz, porque si no es un resultado, entonces ¿qué puedes hacer tú? Siéntete
feliz porque no dependa de tu esfuerzo. Puedes
lograrlo en este mismo instante. No hay
necesidad de posponerlo. El entendimiento es aceptación.
La aceptación es iluminación. Los budistas (y Sosan
es budista), los seguidores de Buda, tienen una palabra en particular para
«aceptación». Ellos lo llaman tathata. Quiere decir: sin queja, sin condena, sin deseo. Quiere decir
que las cosas simplemente son como son. Ocurra lo que ocurra, uno está
dispuesto a dejar que ocurra. Donde vaya la vida, uno va con ella. Lo que ocurra es bueno. No
creas un conflicto, estás de su lado. No nadas, flotas; y nunca nadas
contracorriente. 7. TODOS LOS SUEÑOS DEBEN CESAR. LA MENTE TIENE SÓLO UNA capacidad,
la de soñar. Así que el problema básico no radica en cómo
buscar la verdad; no puedes buscarla con una mente que
sueña, porque tus sueños se impondrán sobre lo que sea que aparezca ante ti.
Tus sueños se proyectarán en ello, tú lo interpretarás. No serás capaz de verlo
tal como es. Lo verás de acuerdo a tus sueños, lo falsificarás. La mente es el origen del soñar, así que la mente es ilusoria.
La mente es el origen de todo maya. El sufrimiento no es otra cosa
que sueños rotos, arco iris rotos, ilusiones rotas, apariencias.
Pero has invertido tanto en ellos que no puedes ver la verdad: que eran sueños
desde el principio. La infelicidad ha sido causada por
tus sueños, y uno tiene que ser
consciente de este fenómeno. No
vuelques la responsabilidad en el otro, de ser así crearás otros sueños. Date
cuenta de que quien proyecta eres tú, pero es difícil darse cuenta. Simplemente observa y serás
capaz de ver que la otra persona no es la cuestión sino que tú estás
proyectando algo. Cuando proyectas amor, la persona te parece estupenda; pero
cuando proyectas odio, la persona te parece horrible. No se trata de la
persona; en realidad no has visto a la verdadera persona. No puedes ver la
realidad a través de los ojos de la mente. Sólo hay una cosa
que te puede ayudar: empezar a ver las cosas sin la
mente. Cuando mires a una flor, no permitas que la mente diga nada. Sólo mírala.
Será difícil debido a tu viejo hábito de interpretar. Siempre estás
interpretando, y las interpretaciones difieren. Las interpretaciones dependen
de la mente. Cómo
ves las cosas depende de ti, no de las cosas. A no
ser que llegues a un punto en el que abandones la mente interpretativa y veas
directamente, inmediatamente, la mente es tu
mediador. Te trae las cosas distorsionadas,
te trae las cosas mezcladas con interpretaciones. No son puras. Así
que la única forma de alcanzar la verdad es cómo aprender a que tu visión sea
inmediata, cómo abandonar la ayuda de la mente... Esta gestión de la mente es
el problema, porque la mente sólo puede crear sueños.
Y puede crear sueños maravillosos que pueden
emocionarte. Y a través de esa emoción el sueño
empieza a parecer la realidad. Si te emocionas demasiado, estás intoxicado, ya no estás en tus
sentidos; lo que ves entonces es una proyección tuya. Y hay tantos mundos como
mentes, porque cada mente vive en su propio mundo.
Puedes reírte de la estupidez de los demás, pero
hasta que no empieces a reírte de la tuya propia no serás capaz de convertirte
en un hombre de Tao, el hombre natural, el hombre de la verdad.
Entonces, ¿qué hay que hacer? Inténtalo con pequeñas cosas: no hagas intervenir la mente
respecto a ellas. Cuando mires a una flor, simplemente mira.
No digas: «¡Qué hermosa! ¡Qué horrible!». ¡No digas nada! No pongas palabras,
no verbalices. Simplemente mira. La mente se sentirá incómoda, intranquila. La
mente quisiera decir algo. Simplemente dile a la mente: «¡Estate en silencio!
Déjame ver. Sólo voy a mirar». Mira cosas que sean neutras: una roca, una flor, un árbol, la
salida del sol, un pájaro volando, una nube flotando en el cielo. Mira solamente las cosas con las que no estés muy involucrado,
con las que puedas permanecer desligado, con las que puedas permanecer
indiferente. ... cuando estás
muy involucrado emocionalmente es difícil dejar la mente a un lado. La mente intervendrá.
Así que, primero, observa las situaciones que no estén cargadas. Cuando tengas
el sentimiento de que puedes mirar a ciertas cosas sin que interfiera la mente,
entonces inténtalo con relaciones cargadas emocionalmente. Poco
a poco, uno se va haciendo eficiente. Es como nadar: al principio tienes miedo,
piensas que no vas a sobrevivir. Y has estado
funcionando durante tanto tiempo con la mente que no puedes creer que puedas
existir sin ella ni por un solo instante. ¡Pero inténtalo! ¿Cuál es el mecanismo? ¿Por qué te gusta una
persona? Te gusta una persona si te permite
fortalecer tu ego; si se convierte en una pantalla y te ayuda a soñar.
Te gusta una persona si se ajusta a tu sueño. Pero si, por el contrario, una
persona no se ajusta a tu sueño, si no te permite soñar, te desagrada, te
molesta. ¿por qué te gusta algo? Porque hasta las cosas refuerzan tu ego. Un hombre del Tao no tiene
elección propia. Va donde el río le lleve. Amas a una persona; nunca ves
el odio que se esconde dentro de tu amor. Esta ahí; te guste o no, esa no es la
cuestión. Siempre que amas, el odio está presente (el polo opuesto), por que el
amor no puede existir sin el odio. No depende de tu gusto. Es así. La vida existe en polaridades y
la mente existe en una parte de la polaridad; es por eso que la mente es falsa.
Y la mente trata de hacer que esa parte sea el todo. La mente dice: «Yo amo a
este hombre o a esta mujer, y simplemente amo. ¿Cómo voy a odiar a esta mujer?
Cuando yo amo, amo; el odio es imposible». La mente parece lógica, pero está
equivocada. Si amas, el odio es posible; el odio sólo es posible si amas. No se
puede odiar a una persona sin amarla; no se puede hacer de alguien un enemigo
sin haberse hecho antes su amigo. Van juntos, son dos aspectos de la misma
moneda. Tu amor no es otra cosa que un tóxico, una
droga. Caes en él por unos momentos y lo olvidas. Luego llega el odio y caes en
la desdicha. Y de nuevo, porque estás infeliz, buscas amor, pero tu amor no es
otra cosa que caer en un sueño profundo. Este ha sido tu patrón. Todo lo que
llamas felicidad no es otra cosa que caer en el sueño. Siempre que te sientes
bien estando dormido, lo ves como ser feliz. ¿Qué es un hombre feliz para tu
mente? Un hombre que no está en conflicto con las cosas. Por eso atraen tanto
el alcohol y las drogas, porque cuando los usas se te olvidan las
preocupaciones. ¿Qué es tu amor? Parece ser un
proceso biológico ya programado para drogarte. Y es algo químico: cuando te
enamoras se liberan algunos productos químicos del cuerpo, así que, el
equilibrio químico del cuerpo cambia. No es muy diferente de la marihuana o del
LSD, porque lo básico es el cambio de química en el cuerpo. Ahora
intenta hacer lo que Sosan está diciendo, que es lo
mismo que han dicho todos los Budas. Mientras estás haciendo el amor, observa;
mientras estás haciendo el amor (no tengas miedo), observa cómo se va
convirtiendo en odio. Mientras estás vivo, observa cómo vas yendo hacia la
muerte; cada vez que respiras vas yendo hacia la muerte. Cada momento que pasa,
la muerte se va acercando más y más. Observa cómo tu juventud se va
convirtiendo en vejez. ¡Mira lo opuesto! Se
necesita valor, porque no reforzarás los viejos patrones; por el contrario, los
destruirás. Pero una vez que puedas ver el odio en
el amor alcanzarás una tranquilidad que transciende a ambos. Si puedes
ver la vida y la muerte, ambas juntas, las transciendes. Las transciendes de un
solo golpe; de un solo golpe estás fuera del cautiverio: por primera vez serás
un alma libre; tú eres la propia libertad. Es por eso que a este estado supremo
le llamamos moksha, libertad. No
hay que hacer nada. Sólo tienes que darte más cuenta de tus quehaceres, hacerte
más consciente. Esta es la única meditación: estate más alerta. En un momento
de aguda consciencia, la consciencia se convierte en un arma y de un solo golpe
se rompen todas las cadenas. Y eso es lo bonito: cuando no luchas, transciendes. Ya no estás en el mismo nivel. Y esta transcendencia se convierte en una fuerza curativa. De repente, el cuerpo empieza a cambiar. Y lo mismo ocurre con las preocupaciones mentales, las tensiones, las ansiedades, la angustia. Te preocupa cierta cosa. ¿Qué es esta preocupación? La preocupación es que no puedes aceptar el hecho. Te gustaría que las cosas fueran diferentes de como están ocurriendo. Estás preocupado porque tienes algunas ideas que imponer a la naturaleza. El mundo de las cosas es un
flujo, en él nada es permanente. ¡No lo esperes! Si esperas permanencia de un
mundo donde todo es impermanente, te crearás
preocupaciones. RECUERDA, la vida no va ser
como tú quieras. Tienes que ser como la vida quiera. De mala gana o
alegremente: tú decides. Si lo haces de mala gana sufrirás. Si
lo haces alegremente te convertirás en un buda, tu vida se convertirá en un éxtasis. ¿Por qué llevamos toda esa carga? Porque en realidad nunca
aceptas nada. Escucha: si aceptas algo, ello
sencillamente nunca se convertirá en una carga;
entonces no cargarás con la herida. Aceptas el fenómeno. Has aceptado el
fenómeno; no queda nada de él con lo que haya que cargar, estás fuera de él. A
través de la aceptación te sales fuera de él, pero si aceptas porque te sientes
algo impotente, cargarás con él. Recuerda una cosa: cualquier cosa que está
incompleta permanece para siempre como una carga, cualquier cosa que esté
completa se abandona. Porque la mente tiene una
tendencia a cargar con las cosas incompletas con
la esperanza de que algún día surja una oportunidad para completarlas. Todavía
esperas a la esposa o al marido, o estás esperando a que regresen los días que
ya se han ido. No has transcendido el pasado. Cuando realmente aceptas, en esa actitud de
esencialidad no hay rencor, no te sientes impotente. Sencillamente entiendes
que así es la naturaleza de las cosas. Esencialidad significa
aceptación con un corazón completamente abierto, no impotente. Todas las políticas del mundo
consisten en cómo matar al «tú» para que sólo quede el «yo» y todo esté en paz.
Porque cuando no haya nadie más, cuando sólo estés tú, todo estará en paz. Pero
esto no ha ocurrido nunca ni ocurrirá jamás. ¿Cómo vas a matar al otro? ¿Cómo
vas a destruir al otro? El otro es inmenso, el otro es todo el Universo. Recuerda, todas la emociones negativas necesitan energía, te
agotan. Y todas las emociones y actitudes positivas son dínamos de energía;
crean más energía, nunca te agotan. Si eres feliz, de repente el mundo entero
fluye hacia ti con energía, el mundo entero se ríe contigo. Y qué razón tiene
el refrán que dice: «Cuando ríes, el mundo entero se ríe contigo. Cuando
lloras, lloras solo». Es cierto, absolutamente cierto. Pero hay algo: cuando estás
triste y negativo sientes más ego. Cuando estás contento, feliz, extasiado, no
hay yo, el otro desaparece. Estás en contacto con la existencia, no separado;
estáis juntos. Hay dos caminos para que uno pueda
trabajar con la energía interior. Uno
es: siempre que surja la tensión, desahógate. Así es como funciona el sexo. Siempre que la energía está llena hasta el tercer ojo, inmediatamente el cuerpo siente que tiene que hacer algo. Si no haces algo te sentirás sofocado. Te sentirás como si estuvieras en un túnel del que quisieras salir, te sentirás comprimido. Hay que hacer algo inmediatamente. La naturaleza ha construido un proceso incorporado:
inmediatamente el tercer ojo presiona el centro del sexo, ambos se unen y
empiezas a sentirte sexual. El sentimiento de sexualidad no es más que un
dispositivo para desahogar la energía. Haces el amor,
tiras energía, te sientes relajado, desahogado. Esta es una de las maneras de usar
tu energía: sintiéndote feliz a través del desahogo. Hay otra forma de usar la
energía, que consiste en no desahogar la energía cuando se vuelva excesiva sino
decir: «No dos. Yo soy uno con el Universo.
¿Dónde desahogarla? ¿Con quién hacer el amor? ¿Dónde echarla? No hay ningún
lugar donde echarla, yo soy uno con el Universo».
Cuando sientas demasiada energía simplemente di: «No dos», y sigue relajado. Si no la haces descender del tercer ojo, empieza a ascender.
Y por encima del tercer ojo está el último chakra, el
séptimo centro, situado en la cabeza y al que los hindúes han llamado sahasrara: el loto de los mil pétalos. Cuando la energía alcanza el sahasrara
hay bienaventuranza, cuando la energía alcanza al centro del sexo hay
felicidad. El centro de la descarga es el sexo, el primer centro, y el
centro de la reabsorción es el séptimo, el último. Y recuerda, ambos son los dos extremos de un
mismo fenómeno de la energía; por un extremo es el sexo, en el otro es sahasrara. Uno tiene que llegar desde el sexo a la superconsciencia.
Este loto de mil pétalos es el centro de la superconsciencia.
Así que cuando vuelvas a sentirte sexual di: «No
dos»; con comprensión, consciente, alerta, di: «No dos», y descansa. No
te pongas nervioso y excitado. Descansa y di: «No dos». Y de repente sentirás que algo está pasando en la cabeza; la
energía que solía caer hacia abajo se está moviendo hacia arriba. Y una vez que
alcance el séptimo centro, será reabsorbida. Entonces te vas convirtiendo más y más en energía, y
la energía es deleite, la energía es éxtasis. Entonces no hay necesidad de
descargarla, porque ahora eres el ser oceánico, infinito... Puedes absorber el
infinito, puedes absorber el todo y todavía quedará espacio. Este
cuerpo es estrecho. Tu consciencia no es estrecha, tu consciencia es tan
inmensa como el cielo. En este cuerpo no cabe demasiado, este cuerpo es una
taza pequeña; un poco más de energía y la taza se desborda. Tu sexo es el
desbordamiento de la taza, del cuerpo estrecho. Pero cuando el sahasrara
se abre, un loto de mil pétalos se abre en tu cabeza, y va abriéndose y
abriéndose y abriéndose sin fin. Aunque el todo se derrame sobre ti, todavía
quedará un espacio infinito. 10. NI AYER NI MAÑANA NI HOY. EL HOMBRE ESTA PERDIDO a
causa de las palabras, los símbolos, el lenguaje. No estás perdido en la
realidad, estás perdido en un juego lingüístico; porque la realidad está
siempre delante de ti, pero tú no estás siempre delante de la realidad; estás
en cualquier otro lugar, siempre en otro lugar, porque eres una mente y mente
significa algo que se ha ido. Mente significa que ahora no estás mirando lo que hay, estás
pensando acerca de ello. El «acerca de» es el problema, el
«acerca de» es la manera de perderse la realidad. En el momento que pienses
acerca de ella, nunca se alcanzará la diana. ¿Qué es el pensar? Es un
sustituto. Si conoces el amor, nunca piensas acerca de él. No hay ninguna
necesidad de pensar en él. Si no conoces el amor, piensas acerca de él; en
realidad, no piensas en otra cosa. ¿Cómo vas a amar a
través del pensamiento?; porque amar es una experiencia existencial. No es una
teoría, no es una especulación. Para conocerlo tienes que vivirlo. Todos los sueños son sustitutos
y todos los pensamientos también, porque pensar es soñar mientras se está
despierto y soñar es pensar mientras se está dormido Cuanto
más creces menos sueñas, porque hay menos problemas que resolver. Así que,
cuanto más creces menos sueñas. Si creces totalmente en
consciencia dejas de soñar, porque cuando
eres totalmente consciente no quieres cambiar la realidad. Simplemente te haces
uno con ella. No luchas contra ella, porque
cuando eres completamente consciente llegas a darte cuenta de que lo real no se puede cambiar. Lo único que se puede cambiar es tu
actitud, tu mente; lo real permanecerá igual. Cuando intentes cambiar la
realidad para que se ajuste a ti, te convertirás en un pensador, porque tendrás
que ingeniar artimañas, formas y maneras, para
forzar a la realidad a que se ajuste a ti. Puede que te conviertas en un gran
científico, puedes llegar a ser un gran matemático, un gran filósofo, pero
estarás lleno de ansiedad y de angustia. Un místico es uno que fluye con el río, no lo fuerza. Ni
siquiera nada en el río, porque nadar también es una lucha; simplemente flota.
No tiene ninguna meta que alcanzar, porque ¿cómo vas tú a determinar una meta?
¿Quién eres tú? ¿Cómo puedes tú fijar una meta? Cuando te dejas llevar por el río, el río se
mueve; tú te mueves con él. Tu meta es la meta del
río. Ni siquiera te preocupa dónde está; si es que la hay. Has aprendido el
gran secreto de decir sí. De hecho, donde sea que estés, estarás en la meta,
porque el sí es la meta. No es cuestión de llegar a alguna parte; donde
sea que estés di sí, y allí estará la meta. Una comprensión que conlleva
transformación es: no luches contra el todo. Es un esfuerzo absurdo. Y el todo
no sufrirá por ello, porque el todo no está luchando contra ti. La
cuestión es tu mente que dice no, porque el ego se refuerza a través del no.
Cuanto más digas no, más poderoso se sentirá el ego; cuanto más digas sí, más
desaparecerá el ego. Por eso es tan difícil decir que sí a cualquier cosa,
incluso a cosas normales. ASÍ QUE LO PRIMERO: la
mente sustituye con el pensamiento y el sueño pero nunca puede convertirse en
lo real. No pasa de ser una imitación. Puede parecer real pero no lo es; no
puede serlo. ¿Cómo va a ser lo real un símbolo, un símbolo lingüístico? La magia está en el «acerca de». Estas
palabras «acerca de» son la magia. Ahí hay una flor,
tú empiezas a pensar acerca de la flor; la flor ya no está ahí, la mente se
desvía con las palabras. Entonces te rodea una fina película que te separa de
la flor. Entonces todo es turbio y cenagoso, entonces la palabra se
vuelve más importante que lo real, entonces el símbolo se hace más importante
que aquello que simboliza. Y el hombre se ha hecho tan adicto a las palabras, está tan
intoxicado por las palabras, que las palabras pueden producir reacción. Alguien
dice «limón» y se te llena la boca de saliva. Esto es adición a las palabras.
Ni siquiera el limón puede ser tan efectivo: puede que haya uno sobre la mesa y
tú no salives. Pero si alguien dice «limón»,, se te llena la boca de saliva. La palabra se ha vuelto más importante que lo real. Ahí está
el truco. Y a no ser que abandones esta
adición a las palabras nunca te será posible encontrar la realidad. No hay
ninguna otra barrera. Mantente absolutamente sin lenguaje y de
repente ahí está, siempre ha estado ahí. De repente tus ojos ven claramente;
ves con claridad y todo se ilumina. Todo el esfuerzo de
todas la meditaciones radica, sencillamente, en cómo salirse del lenguaje.
Salirse de la sociedad no servirá de nada porque, básicamente, la sociedad no
es otra cosa que lenguaje. La sociedad existe por el lenguaje. En el momento en que te
sales del lenguaje, la sociedad desaparece. Es útil, tiene una función; la
sociedad no puede existir sin el lenguaje. Sólo hay un Himalaya y se trata de un estado de consciencia interna donde el lenguaje no existe.
Y este es posible; porque el lenguaje se aprende, no es tu naturaleza. Tú naciste sin lenguaje. El lenguaje te ha sido dado,
no lo has traído por naturaleza. No es natural, es una
consecuencia social. cuando no necesites moverte en la sociedad deberías dejar el lenguaje.
El lenguaje debería ser usado como una función, como un mecanismo. No deberías
obsesionarte con él, eso es todo. Cuando me comunico me vuelvo parte
de la sociedad. Cuando no me estoy comunicando me vuelvo parte del Tao,
parte del Universo, parte de la naturaleza, de Dios; lo puedes llamar como
quieras. Además
estar en silencio cuando hay alguien presente es de mala educación. Pero con
Dios ocurre justo lo contrario; con la naturaleza, si
hablas te estarás equivocando. Con la naturaleza, hablar significa que eres
indiferente a esa realidad que está delante de ti. Ahí sólo se necesita
silencio. Cuando naces traes silencio al mundo.
El lenguaje es algo que se te da; es un regalo, una enseñanza de la sociedad.
Es útil; una herramienta, un recurso. Pero tú traes contigo silencio al mundo.
Encuentra ese silencio de nuevo, eso es todo; sé un niño de nuevo. si estás en silencio no eres,
porque sólo las perturbaciones se sienten. Entonces ni siquiera puedes decir:
«Estoy en silencio». Si lo dices, lo pierdes. Cuando te vuelves silencioso no
sabes qué es qué. Todas las cosas se diluyen en todas las demás cosas. Porque
no estás aquí. Cuando estás en silencio no eres. ¿Quién va a
sentir? Cuando estás vacío, no puedes sentir: «estoy vacío»; si fuera así,
querría decir que todavía estás tú ahí para sentir y entonces la casa está
llena, no vacía. Cuando estás realmente vacío, estás vacío de ti mismo. Cuando
cesa el ruido, también tú cesas. Entonces la realidad está delante de ti, está
todo a tu alrededor. Está dentro y fuera, está en todas partes, porque sólo la
realidad puede ser. Cuando desaparece el yo desaparecen todos los
sueños, porque cuando desaparece el yo desaparecen
todos los deseos. Si no hay deseo, ¿cómo va a haber un deseo incompleto
que tenga que ser acabado soñando? Sólo el vacío puede
ser perfecto. ; nada puede ser exactamente correcto expuesto en palabras; las
palabras distorsionan. Sosan lo
sabe, porque ahora no puede haber ni acá ni allá. Son viejas demarcaciones. Dentro y fuera son viejas demarcaciones y desaparecen junto
con el lenguaje. Las palabras están condenadas a
decir la mitad, una palabra no puede decir algo completo.
Si dices: «Dios existe», entonces también niegas: «Dios no existe»; y él es
ambas cosas. Si dices: «La vida existe», niegas la muerte; y la vida también es
muerte. No malgastes el tiempo con dudas y
argumentos que no tienen nada que ver con esto. La realidad no depende de tus argumentos. Que
demuestres esta o aquella teoría es irrelevante; la realidad está ahí. Estaba
ahí antes que tú, estará ahí después de ti. No depende de tu mente; al
contrario, tu mente depende de ella. No necesita ninguna prueba que la
demuestre o la rebata. Existe por sí misma. No puedes demostrarla, no puedes
rebatirla. Argumentando, simplemente malgastas
la energía y el tiempo. Mejor disfruta de la realidad. Mejor, fúndete con ella.
Mejor, deléitate en ella. ¡Mejor, vívela!. Si vives, empiezas a
emanar a tu alrededor el aroma de la realidad. Si vives y te deleitas en ello,
algo de la inmensidad, algo de lo infinito, empieza a ser expresado a través de
tu existencia finita. Los grandes problemas están sólo
en la mente, no en la vida. Que tú decidas si Dios existe o no, no importa en
absoluto. Al Universo no se le puede añadir
ni restar nada. ¿Dónde lo vas a llevar? El todo permanece igual. Todo se funde, se encuentra, se
disuelve. Entonces ¿por qué preocuparse? Eso va a ocurrir, ya está ocurriendo.
Sólo existe el todo, las individualidades son falsas. Sólo existe lo supremo;
todo lo demás son tan sólo olas que vienen y van. En un sentido no eres, y en otro sentido eres el todo; porque no
estás separado. La separación produce ansiedad. Si estás ansioso y angustiado,
significa que piensas que estás separado. Te estás creando problemas a ti mismo
innecesariamente. No hay necesidad, por que el todo sigue viviendo; el todo
nunca muere, no puede morir. Sólo las partes mueren, pero la muerte no es
realmente una muerte, es un renacimiento. Mueres aquí y naces allí. Una cosa, todas las cosas: van juntas y entremezcladas, sin distinción. Vivir en esta comprensión es no estar inquieto a causa
de la no perfección. ¿Entonces por qué
preocuparse por la perfección? También esa es una meta egótica.
Esto es muy profundo, muy difícil de entender, porque hasta la gente religiosa
trata de ser perfecta. ¿Pero quién eres tú para ser perfecto? Sólo el todo
puede ser perfecto, tú nunca puedes ser perfecto. ¿Como podrías ser perfecto?
Hasta un buda tiene que caer enfermo, tiene que morir.
¡Tú no puedes ser perfecto! La propia idea de la perfección es una voladura del
ego. El todo ya es perfecto, no necesitas preocuparte por él; y en el todo, tú
también eres perfecto. Ve a los manicomios y descubrirás que el noventa por ciento de los
internos son perfeccionistas. Un
hombre de entendimiento permanece relajado. Eso no significa que no le importe
nada. No es así; le importa, pero conoce sus limitaciones. Le importa, pero
sabe que es sólo una parte. Él nunca piensa de sí mismo que es el todo, así que
nunca está preocupado. Disfruta de lo que sea que esté
haciendo, sabiendo que quedará imperfecto, que no puede ser perfecto. Pero
disfruta haciéndolo, y al disfrutarlo, la perfección que sea posible ocurrirá
sin causarle preocupaciones. Le gusta aun sabiendo que no será lo
absoluto. No puede serlo; algo se quedará incompleto, tal es la naturaleza de
las cosas. Así que recuerda bien esto, porque
todo perfeccionismo es un esfuerzo egoísta, y vas locamente tras las cosas.
Intenta hacerlo lo mejor que puedas, pero no te vuelvas loco a causa de ello;
hazlo lo mejor que puedas y acepta las limitaciones. Tiene que haber
limitaciones, hasta con tu carácter, tu moralidad, ¡con todas las cosas! Un hombre de entendimiento acepta
las limitaciones. Acepta las posibilidades, lo que es
posible. Sabe lo que es imposible y nunca lo intenta. Se
relaja y disfruta de lo posible. Y cuanto más disfruta, más perfección llega a
su vida. Pero ya no es una preocupación, es una gracia; y esa es la diferencia. Sólo una cosa muerta puede ser perfecta, una cosa viva no tiene más
remedio que ser imperfecta. Recuérdalo. Vivir en esta comprensión es no estar inquieto a causa de la
no-perfección. ¡UNO SIMPLEMENTE VIVE! Uno vive plenamente, totalmente, y no se
preocupa por las consecuencias, por lo que ocurra. Vivir
en esta fe... Esto
es fe para Sosan y también lo es para mí. Esto es
confianza. Un perfeccionista nunca confía
porque siempre está buscando faltas. Nunca confía en
nada. Aunque le presentes una flor él encontrará imperfecciones inmediatamente.
No mirará la rosa, mirará las imperfecciones. Su ojo es el de la lógica, no el
del amor. ..porque lo no-dual es uno con la mente que confía. ¡Palabras! El Camino está más allá del lenguaje, porque en él no hay ni ayer ni mañana ni hoy. Y POR
ÚLTIMO: Sosan está diciendo que
el lenguaje sólo es posible si el tiempo existe. El lenguaje es la misma gestalt que el tiempo. Por eso el lenguaje tiene
tres tiempos: pasado, presente y futuro; exactamente igual que el tiempo:
pasado, presente y futuro. Sosan tiene razón.
Sosan dice: «Ni pasado ni
futuro ni presente». Está diciendo que no existe el tiempo. Y todo el lenguaje
depende del tiempo; pasado, futuro, presente. El lenguaje es una creación de la
mente, el tiempo también es una creación de la mente. Cuando abandonas el lenguaje,
el tiempo desaparece. Cuando
dejas de pensar, no hay pasado ni presente ni futuro. Transciendes el tiempo,
no existe el tiempo. Cuando el tiempo no existe, existe la eternidad.Cuando el tiempo no existe, has
entrado en el mundo de lo eterno. La verdad es eterna. Y lo único que tú tienes
son reflejos temporales de la verdad. Es
como si una noche la luna llena se elevara en el firmamento, pero tú, al mirar
un lago, vieras la luna en su superficie. Esa luna es todo lo que tienes: la
luna del lago. La mente hace de espejo; todas las verdades que tienes son
reflejadas por tu mente, son reflejos. ¿Qué
está diciendo Sosan? Sosan
está diciendo: «¡Olvida este lago!, porque es un espejo. Mira más allá, sólo
entonces serás capaz de ver la verdadera luna; y está ahí». Pero
estás demasiado identificado con el lago, con la mente que refleja. Si
abandonas la mente, de repente todo encaja, todo aquello que estabas buscando
ocurre, todo lo que siempre habías soñado y deseado. Todo se cumple. Todo el mensaje se resume en cómo salirse de la mente, del
lenguaje y del tiempo. |